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3.1 Proceder ético en las instituciones y organizaciones.



3.1 Proceder ético en las instituciones y organizaciones.




Las instituciones y organizaciones desempeñan un papel de gran trascendencia para la vida de las personas y las sociedades del mundo actual. Además der ser fuentes generadoras de empleo y servicios tienen la gran responsabilidad de contribuir al desarrollo sustentable y sostenido del medio ambiente. Esto quiere decir, que antes de tener el interés de un beneficio económico deberá prevalecer el compromiso por el respeto de las obligaciones morales y éticas que se tiene con las comunidades.

La Ética en las instituciones y organizaciones definen lo moral o inmoral de las mismas, así como de las personas o grupos que las integran. Los individuos deberán aceptar y regirse por los principios morales o valores, cuando es así, podemos afirmar que la conducta es propiamente de carácter ético. Las instituciones deberán de manera sistemática fomentar en sus miembros que tengan un desempeño y proceder ético en las responsabilidades y actos que tengan dentro y fuera del ámbito laboral. Esto significa, que no basta que sea solamente dentro de la organización sino también fuera de ella, pues afecta de manera directa la imagen de la persona el realizar actos inmorales y de manera indirecta a la institución.



El proceder ético en una organización donde se proyecte el cumplimiento de derechos y deberes en sus relaciones con empleados, clientes, proveedores, gobiernos, accionistas, con la misma comunidad, entre otros; inspira una confianza institucional y organizacional ante los demás y de esta manera podemos afirmar, sin temor a equivocarnos que es una empresa competitiva; y este tipo de conducta indudablemente que servirá de ejemplo para otras instituciones y organizaciones. Pues sabemos que toda institución y organización no puede ser competitiva y de éxito a mediano o largo plazo, si su proceder en sus acciones no genera confianza. Por ejemplo, cuando hacen ofertas y promociones de sus productos o servicios que son un engaño y solamente se busca el aprovecharse de los demás, en artículos o servicios de mala calidad, publicidad falsa de sus productos, entre otros.

En las instituciones de educación, tanto públicas como privadas, es de vital interés que exista la misión central por parte de los maestros, de formar a los estudiantes con un proceder ético digno de una persona educada de manera integral. Pues como lo hemos expresado no es suficiente el que solamente desarrollen sus potencialidades intelectuales, que es definitivamente importante; pero, así también son las físicas, emocionales, sociales, culturales entre otras; permitiéndoles manifestarse de manera ética y significativa, en el desarrollo de la comunidad en la que ejercerán su actividad productiva. Lo anterior, será de gran beneficio tanto para los egresados como para las instituciones educativas pues estarán creando una imagen muy favorable ante la opinión pública de la sociedad. En mis sesiones de clases de Taller de Ética, les expreso a mis alumnos que los mayores beneficiados de tener una conducta ética impecable son ellos, pero indiscutiblemente la institución educativa también es beneficiada por la proyección de una imagen de gran visión en la formación de futuros profesionistas comprometidos en ser actores de los cambios en beneficio de la humanidad.




Una institución educativa que tenga prestigio en la formación educativa de sus alumnos, proyectará una realidad competitiva; y como consecuencia, serán atractivos sus egresados por parte de las instituciones y organizaciones para su contratación, pues verán en ellos, la garantía de contar con profesionales de alto nivel, para dar respuesta a las necesidades productivas y de servicios que demanda la organización.

En su libro Stephen P. Robbins nos expresa: “Las personas éticas no hacen cosas inmorales”; Esto significa que los seres humanos que tienen gran sustento en normas morales difícilmente realizarán actos inmorales, aun en situaciones donde se propicie cometerlas o por algunas circunstancias especiales en las organizaciones. Pero por otro lado, nos afirma que cuando no existe la madurez moral y ética en los individuos, es probable que se dejen influir en prácticas cuestionables por culturas fuertes. Por lo que se considera de gran utilidad, que los administradores evalúen a los aspirantes para determinar sus normas y valores éticos antes de ingresar a la organización. De esta manera aumenta la probabilidad de que los individuos contratados sean personas íntegras y con principios éticos, garantizando con ello que tengan un comportamiento moral en las responsabilidades que se les asignen, en el ámbito laboral. Los actos inmorales tienden a reducirse cuando los empleados sienten un ambiente de apoyo en el trabajo; Apoyos como descripción clara de puestos, un código de ética escrito, evaluar y recompensar los medios tanto como los fines y un cultura de expresar públicamente actos cuestionables.



Gracias a la información que no proporciona la tecnología y los diversos medios de comunicación, las personas en general nos podemos enterar del proceder tanto ético como de responsabilidad social que tienen las instituciones y organizaciones ante la comunidad. Por ejemplo cuando las empresas no respetan los derechos laborales de sus empleados, no respetar la diversidad, actos de evasión de impuestos, acciones que provocan el deterioro en el medio ambiente, ausencia de programas sociales, el no respeto a los valores culturales, etc. En cambio cuando se aplican las normas morales en las empresas, en un marco de justicia y confianza se benefician obteniendo una mayor productividad por parte de los empleados, beneficios mayores para grupos de interés como los clientes, proveedores, accionistas y con la misma comunidad, entre otros; así como la ausencia de problemas fiscales o legales con los gobiernos.  

El respeto de los derechos laborales, el medio ambiente, los valores culturales y ser eficiente al mismo tiempo, no es sencillo llevarlo a la práctica en las instituciones y organizaciones; lo afirma Andrés Webster en su capítulo de Valores Éticos Empresariales; pero es un imperativo que se respete la calidad de vida y, ser eficiente, este es el reto que tiene en el futuro la sociedad posmoderna. Ahora bien, qué tan afines son los empresarios mexicanos en la reflexión sobre la ética que atienda a principios posmodernos. Se irá contestando en base a una encuesta realizada a 270 líderes o dirigentes empresariales de diversas partes del país. (Reflejan un nivel de confianza de 95% y+/-4% de margen de error estadístico). En cuanto al concepto general del hombre mexicano como persona, de acuerdo a los resultados de la encuesta, casi el 60% de los líderes entrevistados dieron cualidades de ser noble, pacífico, fiable, de buenos sentimientos y ganas de progresar. Y el otro 40% lo definieron con valores negativos, como sumiso, sin deseos de progresar, tramposo y corrupto.



En relación al concepto general del hombre mexicano como trabajador, las respuestas están divididas. El 41% se le reconoce como trabajador y la cualidad de la capacidad cuando se le dan oportunidades; mientras que el 36% no le reconoce la posibilidad de ser creativo, sino que requiere una guía u orientación para que se desarrolle.

Ahora bien, veamos qué piensan los dirigentes empresariales con respecto a la mujer:
El concepto general de la mujer mexicana como persona, la mayoría de ellos la consideran a la mujer teniendo un papel limitado en la sociedad; 36% reconoce que la mujer tiene el deseo de hacer más, pero la misma sociedad se lo impide. En ese mismo sentido el 21% considera que es muy sacrificada por su familia. Sólo un porcentaje menor asume que, incluso, la mujer es más previsora que el hombre.

En cuanto a la mujer como trabajadora, un 36% respondió que la mujer es responsable y cumplida; pero se le reconoce menor creatividad que al hombre, 41%. (Cualidad que a título personal no estoy de acuerdo, al menos como maestro).

La visión que los empresarios encuestados tienen de sus subalternos, es la siguiente: Para el 33% de los encuestados sus subalternos significan personas a las que ellos, los empresarios, pueden hacer crecer, 29% manifestó que son colaboradores responsables en quienes pueden confiar y 9% contestó que son trabajadores de cuya eficacia y rendimiento ellos son responsables; y el 11% les reconoció el autodesarrollo como valor fundamental.



En cuanto a la cualidad que los empresarios líderes consideran más importantes en sus empleados; 34% respondió que lo más importante de un subalterno es la entrega y dedicación al trabajo, 26% la responsabilidad, 5% la disciplina, y 9% la lealtad y sólo el 22% respondió que lo que más valora es la creatividad e imaginación.

Por último, en cuanto a lo que opinan los líderes empresariales encuestados sobre lo que se requiere para triunfar en la vida, la mayoría manifestó valores congruentes con los postulados posmodernos: 30% buena educación, 19 % creatividad, 18% inteligencia y 11% estar sano. El valor que más consideran en la toma de decisiones que afectan a los demás, se encontraron respuestas por parte del grupo del empresario posmoderno las respuestas siguientes: 33% justicia, 18% honradez, 12% bien común y 2% el bien del subalterno. En el otro grupo: 15% responsabilidad, 9% interés institucional, 6% eficiencia y 4% disciplina y orden.

Podemos observar que existen afinidades de proceder ético por parte de los empresarios, al sistema de valores posmodernos para las instituciones y organizaciones; como el cuidado del ser humano, el respeto a la diversidad, la honestidad, la responsabilidad social, el autodesarrollo, la capacitación, etc. Pero también se distinguen valores relativos a la productividad, el buen comportamiento, la responsabilidad, la disciplina y el orden, la formalidad, la eficiencia, entre otros. Por lo que podemos afirmar que los líderes empresariales manifestaron en un porcentaje significativo, valores que se identifican a la denominada sociedad posmoderna, pero es importante destacar que algunos siguen conservando valores tradicionales.



Entonces podemos decir, que el proceder ético en las instituciones y organizaciones, generan que éstas sean competitivas tanto en el ámbito nacional como internacional. Pues cuando tenemos un estado existencial de valores en donde prevalezca el respeto de los derechos laborales de las personas así como a la diversidad, a los valores culturales, equidad en las obligaciones, libertades con responsabilidad, entre otros; existe un ambiente de armonía y actitud emprendedora por parte de los individuos en dar los mejor de sus capacidades en su desempeño, haciendo posible alcanzar o superar los indicadores de productividad deseados. Este tipo de instituciones y organizaciones se mantendrán con éxito en un mundo globalizado adoptando nuevos modelos de ética empresarial a consecuencia de los permanentes cambios y avances científicos y tecnológicos.

Para que sirva de guía en el comportamiento y proceder ético en las instituciones y organizaciones se debe de contar con un código de ética, que deberá de darse a conocer a todos los grupos de interés en las empresas; en el próximo tema lo trataremos con mayor amplitud.


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